Hoy vamos a hablar de la historia de Jordi, un joven de 22 años que nos ha demostrado cómo pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia en el rendimiento físico. Jordi es un apasionado del fútbol,
El objetivo era claro: correr 1 km en menos de 3 minutos y 35 segundos. Aunque Jordi tiene un físico atlético y una gran fuerza, no logró alcanzar la marca. Esto nos llevó a analizar más de cerca qué estaba sucediendo. Y encontramos tres puntos clave que estaban limitando su rendimiento.
Primero, su respiración . Aunque parecía estar en buena forma, su forma de respirar no era la adecuada para una prueba tan exigente. Esto afectaba directamente la oxigenación de sus músculos, lo que provocaba tirones musculares durante el esfuerzo.
El segundo aspecto fue el sobreesfuerzo muscular . Sin darse cuenta, Jordi estaba utilizando demasiada fuerza en las piernas, y su postura no era la correcta. Esto generaba una tensión innecesaria que afectaba tanto su velocidad como su resistencia.
Y, por último, encontramos que su método de entrenamiento no estaba alineado con el objetivo. En lugar de enfocarse en el kilómetro que necesitaba mejorar, corría distancias mucho más largas, lo que no le ayudaba a mejorar su marca específica.
Con estos tres ajustes, la evolución de Jordi fue sorprendente. Dos semanas antes de las pruebas, aún no lograba bajar de los 3:35, pero tras implementar los cambios, logró hacer un tiempo de 3:30 y aprobar la prueba. Hoy, no solo está más cerca de cumplir su sueño de ser policía nacional, sino que también ha aprendido a escuchar a su cuerpo ya entrenar de forma más eficiente.
Esta historia nos enseña que, con el enfoque correcto, cualquier meta es alcanzable.